Se amilanan de tristeza, se envanecen de arrogancia:
Rostros
huidizos de pernoctas apaciguan luces de alcoba. Luna de agraciadas, perturbadas
faces; memorial ineluctable de índole efímera.
Espectro de penumbra y tiempo,
ríese de sí mismo, de su eterna fugacidad.
Pluralidad
de semblantes, omniscio irreverente, demiurgo auscultador, consejero permanente
de azogada palidez.
Convergente
discrepante idiosincrático de vetustos palaciegos, de cuchitriles medanales
humanos.
Eliéser Wilian Ojeda Montiel
Derechos reservados
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