domingo, 9 de agosto de 2020

Por un puñado de dólares



Por un puñado de dólares
Como notas de vidas discordantes en secuencia
El tiempo me seguía por doquier
Domeñado por su mismo homónimo.

Ahora, en el logrado descanso de ilusiones
Yo que me veía en el lugar de ensueños luego
De mudanzas vagas y hogares diversos,
Fundaba en el tiempo estancias disfrutadas con porfía
En las horas inermes del ocio permitido,
Que las obligaciones del sistema atesoran
Como derechos comprados.
No he sido hombre de hogares sedentarios.
Una inmanencia de residente nómada
Penitente, eso sí, con mi familia acuesta
Guiaba mi vivir entre compases,
Que al unívoco pensar con mi consorte
Nos acogió la paz andina
Con pasos bucólicos acertados de Don Tulio.
Ya se solazaba mi espíritu errante
A la lentitud placentera incuestionable
Con días de precaria agitación ninguna,
Al hábito idiosincrático del entorno propio
De la somnolencia del frailejón atento
En el pueblo que alardea del azul de sus montañas,
Que abrazando el logrado sueño de una morada exquisita
El silencio enmudecido se potencia en una paz irreverente.
Ahora debo deshacerme de mi hogar
Por un puñado de dólares.
La edad y la pandemia juegan en mi contra
Y de mi compañera de vida.
El Estado opresor inauguró servicios indóciles
Y el nómada hibernante que habita en lo profundo de mí ser
Despertó del sueño anquilosado
De una larga estación que creía sempiterna.
Nuestra solitud paramera a cambio de seguridad y compañía
En los años más endeble nos espera.
El Ávila será, de nuevo, en el rastrojo de nuestras vidas
Telón orlado en la plástica de Cabré.
Ello no me incomoda, amo a Caracas,
Parece que nací allí aunque no lo sea.
Me abrigó cuando más lo necesitaba
Pues arribé a ella en huacales de campo.
Yo la había alojado en mi corazón
Desde que la vi en almanaques, y postales
De suspiros hasta hacerla mía.
En lo alto dejo mi choza al mejor postor, y
Al mazo del subastador.



EWO, Montiel

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BODAS DE ORO

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Soy de ti, tú eres de mí así