domingo, 27 de mayo de 2012

Triste final de un paraíso o del calentamiento global


Madre pura,
 eterna dicha que
me diste
al lanzarme en este
mundo.

Donde la lucha interminable me persigue
sin dejarme disfrutar del infinito. 
Espacio abierto que nuestra tierra pisa
en su vagante errar eterno.

Mientras el humano, trabajando aprisa,
destroza su natura hechiza.
Mundo que volando aprisa
intenta deshacerse de lo humano,

dejando abierto un paraíso cierto
antes de que el civilizado mono
convierta todo en un desierto.
Quedando un globo triste

como refugio en la Vía Láctea
de piratas espaciales;
que azotando nebulosas infinitas
la vieja tierra la utilizan

en sus andanzas estelares.
Otrora fuente de una vida dicha
que dejó el humano abandonada
en su partida estelar a otra galaxia;

que lo cobije de la ruina de un planeta
que quedó frustrado,
porque esperaba más de los humanos
en sus cortas vidas de civilizados.


Eliéser Wilian Ojeda Montiel









1 comentario:

  1. Poema semifinalista en el concurso del www.centropoetico.com de España, y publicado en la antología poética "Aires Libertad". ISBN: 84-609-3376-8. Madrid, Diciembre de 2004.

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BODAS DE ORO

BODAS DE ORO

Soy de ti, tú eres de mí así