Miro al pasado tan fugaz, pesaroso;
Atrás hay in(visibilidad) de hechos,
seres, entornos…
Descubren lo amargo de hoy,
no hay retorno.
Llaman, extienden sus brazos;
¡lozanos, graciosos, risueños!,
invitan al contexto perdido.
Reiterado pensar utópico
alegra la vida del presente,
opaca las angustias cotidianas.
Deberes en la persistencia.
Se ocultan.
El ubicuo sueño transige,
traslada el cuerpo resentido,
ansía quedarse en lo infinito.
No da tregua,
no perdona la existencia,
no permite su destiempo
en lo finito del ser.
Cuando se contempla
la tristeza lo deprime,
su rostro se refleja en la gente
al transitar su hado.
Unos felices, alegres;
otros, con tristeza, desazón;
pero al final, disgustados
del tirano del desprecio.
También quiere soñar.
Sueña con haz de humano,
volver en pos, obviar lo evidente.
Se destroza: ¡un espejo en su
camino!
No hay comentarios:
Publicar un comentario