filosofíarosacruz.blo...
La realidad del imaginario popular venezolano está en
peligro inminente. Las pasadas elecciones del 20 de mayo de este año 18 le asestaron a la idiosincrasia venezolana el golpe más bajo que puede recibir boxeador alguno cuando su contrincante, luciendo diadema inexpugnable, superaba en peso ineluctable al retador de su corona en primera opción; máxime con árbitro que impone reglas aquiescentes al campeón de cuatro lustros cuya corona, de seguro, luce nada brillante a los ojos del mundo por falta de "mantenimiento" a su posesión más preciada.
La idiosincrasia venezolana iniciará renovación ineludible, y la alteridad particular de nuestra subjetividad será sedimento de vaciedad difícil de exteriorizar frente a la nueva realidad que afrontará una Venezuela geriátrica, ante la concepción popular colectiva, extraña que se impondrá devenida de la "injusta electoral".
La manera de ser venezolana y del intrínseco ser venezolano asumirá heterodoxos temperamentos variopintos: rusos, chinos, cubanas, iraníes, norcoreanos y macedonios entre otras realidades exóticas.
En lo adelante, exteriorizar nuestros pensamientos contestatarios frente a un régimen grosero, concupiscente en nauseabunda descomposición y mala ética como praxis regular, será de inequívoco veto.
Nuestra otredad será el revulsivo interno del Uroboros...
La realidad del imaginario popular venezolano está en
peligro inminente. Las pasadas elecciones del 20 de mayo de este año 18 le asestaron a la idiosincrasia venezolana el golpe más bajo que puede recibir boxeador alguno cuando su contrincante, luciendo diadema inexpugnable, superaba en peso ineluctable al retador de su corona en primera opción; máxime con árbitro que impone reglas aquiescentes al campeón de cuatro lustros cuya corona, de seguro, luce nada brillante a los ojos del mundo por falta de "mantenimiento" a su posesión más preciada.
La idiosincrasia venezolana iniciará renovación ineludible, y la alteridad particular de nuestra subjetividad será sedimento de vaciedad difícil de exteriorizar frente a la nueva realidad que afrontará una Venezuela geriátrica, ante la concepción popular colectiva, extraña que se impondrá devenida de la "injusta electoral".
La manera de ser venezolana y del intrínseco ser venezolano asumirá heterodoxos temperamentos variopintos: rusos, chinos, cubanas, iraníes, norcoreanos y macedonios entre otras realidades exóticas.
En lo adelante, exteriorizar nuestros pensamientos contestatarios frente a un régimen grosero, concupiscente en nauseabunda descomposición y mala ética como praxis regular, será de inequívoco veto.
Nuestra otredad será el revulsivo interno del Uroboros...
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