domingo, 16 de agosto de 2015

LA UBICUIDAD DEL BARDO




En la eternidad quiero refugiar mi memoria, bilocada en la
palabra escrita esparcida en el orbe cuando la fama alcanza al bardo, y su presencia anodina ceda paso a su perenne ubicuidad de poeta en enésimas lecturas simultáneas de trascendidos versos.
He allí la omnipresencia del poeta tal como la del Eterno sobre el texto sagrado en momentos de plegaria; la del aedo en los ‘templos’ del lector; o en la mesita de noche de nuestro tálamo cuando el descanso nos llama y sobre aquella reposan su antología poética, y las Sagradas Escrituras del Sumo rapsoda.
Hoy como siempre la bilocación de bardos y escritores mora entre bibliotecas, librerías… Sus espíritus acompañan las mentes de lectores en la interpretación de versos, propuestas filosóficas…; y dan inmortalidad al rapsoda, al escritor, al filósofo...
Ya no solo el Redentor goza de la omnipresencia. Ahora el aedo, el novelista, el filósofo… transitan también la indefinida autopista de una eternidad antes desvaída, ahora orlada no solo por el Verbo sino también por el Logos del humano trascendente.

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BODAS DE ORO

BODAS DE ORO

Soy de ti, tú eres de mí así