Como
dulce fruto indehiscente abriste ahora
Tu
solidario corazón
al peregrino de las “alturas”.
Permitiste
otear la expresión hermosa de tu exótica geografía
Al
caminante extraño.
Prendado
de tu alma noble,
Escrutó
el altruismo de tus seres puros
Para
anclar, definitivamente en tus entrañas,
La
pavesa de su imponderable,
Etéreo
cuerpo de alteridad definitiva.
Olme (da),
cómo agradecer tus dulces y delicados dones;
Desinteresadas
actitudes ulteriores;
Acciones
solidarias de tus “legales protectores”;
De
la caridad de tus moradores todos
Para
con la otredad de nuestro bien amado Willy
Del
dolor de su “último aliento”, en su inefable partida.
En
su fugaz estadía,
Una
prístina flor de tu emblemático árbol,
Toponimia
de tu villa;
Abrió
sus pétalos para mostrar su corazón al exótico romero.
La
Azulita, 12 de septiembre de 2014
Eliéser
Wilian Ojeda Montiel
No hay comentarios:
Publicar un comentario