Dónde están, ahora, tus acordes,
No arrullas con tu voz como en el
preámbulo
ni produces lo extático sensual.
Mordaces e hirientes
increpaciones
hacen centrípetas de mi cerebro.
No delineas ni esculpes mi
cuerpo:
tus 'herramientas' solo lastiman
y repujan.
La alteridad de mi vida rumia la
nubilidad
de la inocencia quiescente de
crisálida.
Soy mariposa de truncado vuelo
en el cielo de la felicidad perdida.
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