martes, 24 de diciembre de 2019

La metáfora del encierro ventral o el socialismo como sistema de vida

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La metáfora del encierro ventral o el socialismo como sistema de vida

EWO, Montiel

La utopía socialista nace con el defecto centralizador como sistema. Niega la libertad del ser humano,
en esencia inmanente, con el nacimiento pues no es contraria tal facultad, por igual, como potencia física de acción en otros seres del mundo natural en que esa capacidad es fundamento de un desarrollo libre, tutelado en sus inicios.
La gestación como encierro ventral biológico es paradojal en todos los seres por nacer vivos, puesto que ello es unívoco de libertad, está en su condición; se nace con esa propiedad inherente.
El ser humano comienza por ver luz de libertad al nacer desconocida para este en su natural inconsciencia, regulada con posterioridad en el devenir de su vida misma, como medio de convivencia social necesaria para asegurar la subsistencia sin esperar que la misma le sea restringida; tan solo hasta donde sus derechos le sean permitidos sin invadir ni invalidar la de sus naturales congéneres.
La obligada opacidad de confinamiento del feto, cualesquiera que este sea previo a su nacimiento, es propio de un estado de inconsciencia en el ser en su fase de incubación; condición esta última, que luego de ver luz se mantendrá sin importar su naturaleza hasta cierto estadio en el desarrollo de su vida.
En los seres inferiores tal condición de inconsciencia permanecerá sin alteración posible, tan solo con las variaciones propias del crecimiento existencial de la especie convirtiéndose, con posterioridad, en acciones autónomas instintivas (especie de conciencia irreflexiva) de supervivencia; aprendizaje este devenido en principio de sus padres y consecuentemente de los instintos superiores de la manada, como especie de pacto social de subsistencia.
En los humanos algunos de sus actos se conservarán, de igual manera, como propios e inconscientes de automatismo natural. Unos se harán formales producto de hábitos imitados del entorno del grupo familiar; otros se producirán de forma sensata por la condición de animal pensante con la razón como diferencia frente a otras especies.
Por otro lado la privación de libertad en los seres de instinto predominante no es por lo común suprimida, la abolición de esa condición natural en algunos casos particulares por el ser humano no es lo propio ni lo común de esas existencias, tema no obstante importante, pero que no forma parte de este ensayo; mas nos ayuda en la valoración de dicha condición tan natural como en el hombre.
La metáfora del encierro ventral como sistema de vida, tiene en el abdomen del marxismo el feto del socialismo, más que como parto regular para ver luz, como alumbramiento sietemesino con óptica de malvada crueldad para el cumplimiento de su misión natural: la supresión de la libertad, no física ya que sería el colmo de lo abyecto; pero sí la potestad de obrar por reflexión y elección.
Esta ve el mundo desde la perspectiva de un confinamiento global sin alumbramiento ni armisticio posible a no ser el de un oscurantismo, como reproducción de sí mismo, de seres serviles sin alma ni razón; es decir, no es un alumbramiento pues este implica luz para la sabiduría. Cuestionamiento contra todo lo que impida el logro individual de una alteridad, de ser otro hacia la trascendencia por libre albedrío por cuanto la libertad es propia de quien la aprecia; constituyéndose esta última en control de supervivencia del más apto como ley natural.
Los sistemas democráticos educan para la libertad en todos los sentidos; los sistemas totalitarios adoctrinan para el servilismo, o, mejor, para un oscurantismo. Este último es propicio para quienes no aprecian la libertad devenida de su nacimiento y de los sistemas de libre pensamiento censor; de un esfuerzo personal, necesario, como facultad de acción y aprovechamiento brindados en regímenes con políticas democráticas de libertades acordadas.
El rastrero adulador es conveniente a las administraciones despóticas. En su estado de medianía intelectual se constituye en factor multiplicador por excelencia contra toda idea de conocimiento, que conlleve el cultivo en el ciudadano la libertad de razonamiento propio. Se constituye, así, en custodio de un sistema atroz que da vida tan solo al esfuerzo físico en provecho del grupo gobernante; reprimir la crítica inherente al pensamiento autónomo es objetivo general para detentar y mantener el poder absoluto evitando el disenso  político.
Tal metáfora de oscurantismo ventral tiene como norte primordial y necesario educar para la manipulación de la cognición del individuo, para el encorsetamiento estrecho y total del libre pensar.


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