jueves, 25 de junio de 2015

ENTRE TRINOS Y MATICES OTOÑALES






















Ya la aurora espabila sus rumores cotidianos.
Entre ellos, los gorjeos cadenciosos.

Notas con acordes de congoja,
Alegría evanescente repercute,
Duplica y detiene el extenso diapasón
Del pentagrama musical de mi existencia.

Ya la aurora espabila sus tintes cotidianos.
Entre ellos, la iridiscencia,
El matizado de una flora exótica
Conforma la paleta de mixtura
Del lienzo de mi vida. En mis días otoñales,
Cuando el espectro solar

Cuelga de un luctuoso espacio acongojado,
El cintillo de las niñas,
Las aves con su lira,
La escala de las flores;
Orlan con encanto de mixtura
El lienzo de mi ser.

¡Oh!, la tarde languidece,
Se trastoca repentina.
¡Ah!, con rubores de niña quinceañera.
En la opacidad total, precaria de Selene;
Luciérnagas peregrinas fluorescentes
Compiten atrevidas frente al amantillado estelar.

¡Ah!, ya el mullido lecho sufre de onirismo.
Una orquestación natural acompasada
Arrulla con murmullos. Cadencia inherente
De grillos, croar de ranas de pantano y
Ulular de aves, desvelos de Morfeo;
Apaciguan presurosos las lianas de mis sesos.

Ahora la mañana repite su película.
La alborada abreva en las fuentes de nenúfares,
Aviva su destello inmaculado entre flores puras.
Libélulas atavían de luz sus sedosas alas tornasoles,
Liban la dulzura de un polen danzarín
Al vaivén de las aguas de una fuente saltarina.

Se descorren las cortinas de mis ojos.
Morfeo se incomoda con los rayos matinales,
Y una brisa zalamera trashumante, perfumada
De la sierra con sus alas de éter escondidas;
Se apodera de mi rostro, abofetea mis mejillas
Convocándome a la vida.



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BODAS DE ORO

BODAS DE ORO

Soy de ti, tú eres de mí así